Entrenar caminando o
corriendo, tiene sus ventajas tanto para nuestros corazones como nuestras
mentes, lo hagamos motivados por entrenamiento físico, bienestar o por placer, es una práctica habitual para muchas
personas y es una excelente oportunidad tanto para desarrollar resistencia
física como para cultivar la atención.
La única manera de asegurarse
que estamos trabajando al máximo de nuestra capacidad, es dejar el pensamiento detrás y
permitir que el cuerpo y la mente trabajen
juntos con un enfoque físico y mental
combinado. Aquí les presento una guía
práctica, que puede utilizar al entrenar y puede ser de utilidad:
Antes de iniciar el
entrenamiento, preguntarse ¿cómo se
siente?, ¿Qué está pasando en su mente?,
y hacer tres respiraciones profundas puede
ayudar para concentrarse.
Al iniciar a caminar o correr, mantenga la atención en su cuerpo y
atento a lo que sucede a su alrededor. Observe cómo la respiración cambia más
rápidamente cuando el cuerpo comienza a calentarse. Observe cómo la mente responde y como son sus sensaciones: de placer, de
alivio, de ansiedad, de escape, de tranquilidad, permítase sentirlas.
A medida que entrene, note
las sensaciones físicas en su cuerpo, ¿se siente pesado? o tal vez, ¿Ligero?,
simplemente permítase observarlo. Durante
el entrenamiento, comenzará a notar el ritmo que ha establecido. ¿Se siente
cómodo? ¿Cómo se siente el cuerpo? siente dolor en una zona, puede verlo,
observarlo y tomar conciencia de ello. No trate de deshacerse de las
sensaciones que tiene, simplemente continúe y permita que la tensión natural se
libere. Recuerde fomentar la conciencia activa
de lo que está sucediendo a su alrededor.
Al estar más presente y más
conscientes, es muy probable que su forma de pensar y sus hábitos mentales sean
más evidentes, tantos los agradables como los desagradables, permítase ver y sentir que sucede, sin juicios y
colocando su atención con el sentimiento.
Si siente falta de aire, calambres en las
pantorrillas, todas estas experiencias aparentemente perjudiciales pueden utilizarse como parte de la práctica de la meditación activa. La
reacción instintiva usual, es resistir, detenerse o comenzar una batalla mental para tratar de ignorarla
o suprimirla de alguna manera. Obviamente, tiene que ser consciente de sus
propias capacidades físicas a respetar su cuerpo, y tomar las medidas
apropiadas. Sin embargo, si usted siente que puede seguir sin hacer ningún daño
permanente, entonces trate de sentir la incomodidad, y lo experimenta de una
manera muy directa, permítase observarlo, a ver qué ocurre.
Trate de concentrarse en la
sensación de los pies golpeando el suelo. El sentido del ritmo puede ser muy
relajante y es un punto de enfoque claro y estable. Practicar la atención se
hace más sencillo, si decide descomponer
la atención en tramos, puede ser calle
por calle, cada 20 pasos. Es un poco como contar la respiración y ayudar a
detener la mente vagar.
Ahora te invito a entrenar tu cuerpo y mente y si
deseas puedes comenzar con un punto a la vez y paulatinamente ir incorporando a tu practica
los elementos que desees, porque estar saludable y enfocado es nuestra
elección, solo nosotros tenemos la capacidad de elegir como queremos vivir momento a momento.
¿Quieres aprender cómo hacer
la meditación atenta parte de tu día? Ofrezco talleres, cursos y
programas basados en el cultivo de la atención
plena, de forma sencilla y accesible
para su vida cotidiana.
Contáctame si deseas más
información: focomental1@gmail.com.
Sígueme en: @miriamguzmanm y @focomental