lunes, 9 de diciembre de 2013

BOTON DE PAUSA


Vivimos constantemente acelerados, llenos de actividades, compromisos que cumplir, teléfonos que atender, e mails que responder  y cada una de ellas pareciera que exigiera y necesitara de una respuesta inmediata, el estar conectados parece ser una necesidad inmediata, al menos con el mundo externo.
 
Y  ¿qué ocurre con nuestra conexión interna? ¿Alguna vez piensas que puedes desconectarte al llegar a casa después del trabajo? ¿Esperas poder dormir con tranquilidad en las noches?  A veces estamos tan distraídos, preocupados que ni descansamos por las noches y siquiera reconocemos  el sabor y el olor  de lo que comemos, sin contar las veces que tropezamos con la puerta al pasar, porque simplemente no estamos prestando atención.

El modo de restablecer el contacto con nosotros mismos, se realiza al contactar con nuestros sentidos, con nuestro cuerpo  y la práctica de la atención plena (mindfulness)  nos permite acceder a ese contacto.

Cultivar la atención  y el foco es como la acción de montar bicicleta, todos desarrollamos habilidad de montar y sentarse en la silla de la bici, lo que cambia es lo que hacemos cada uno con esa destreza. En mi vida personal, con la práctica constante de la meditación, encontré que al estar en contacto con mi cuerpo, puedo estar concentrada y construyo menos historias en mi cabeza  de lo que va a suceder, en consecuencia durante  el día actuó, confiando en la acción que corresponde a la situación y durante la noche duermo y descanso, sin batallar con la almohada.

Un ejercicio para cultivar la atención  en la vida cotidiana lo defino como el “Botón de Pausa” y podemos activarlo en cualquier situación. Puedes intentarlo en cualquier momento del día, funciona de la siguiente manera:    sin moverte de donde estas, así como estas sentado  o acostado, cierra suavemente los ojos, durante uno o dos minutos, deja pasar las ideas que van y vienen a tu mente, asuntos por resolver o planes por ejecutar, por este momento y solo en este instante, simplemente deja  pasar esos pensamientos, sin alimentarlos, solo obsérvalos y déjalos pasar, respira por la nariz  el aire que entra y sale en tu cuerpo en tu abdomen, siente tu abdomen.

¿Cómo te fue? Fue una experiencia relajante o quizás  sentiste la necesidad de hacer algo, incluso de dentro del mismo ejercicio y sentirte ocupado, no hay respuestas buenas ni malas, es tu experiencia, es única   y resulta beneficiosa su práctica diaria. Si sentiste esa necesidad puedes repetir el ejercicio por un periodo de cuatro a cinco minutos.

El botón de pausa, nos permite cultivar minutos de calma y sosiego, acercarnos a nuestro cuerpo y desde este espacio, ser solo observadores de nuestra mente. Sigue practicando el  botón de pausa, para incluir el no hacer unos minutos al día, como una manera de dejar un  espacio en tu mente para  cultivar  tu foco y claridad. Por experiencia, este ejercicio es efectivo a medida que seas constante.

Miriam Guzmán Martínez