Las situaciones de conflicto requieren para llegar a un consenso los
puntos de coincidencia, en vez de los puntos de injusticia donde me quejo que
las cosas no son como yo quiero que sea, porque donde hay conflicto, no hablamos de injusticia, hablamos que las cosas
son como son y el resultado es distinto de lo que esperamos o pensamos, además
pensar en lo que es justo o no, nos resta la paz que requerimos para mediar y
solucionar lo que de verdad es importante.
Por nosotros mismos y por el bien de otros es necesario comprender que
no es beneficiosa una reacción brusca, es una opción, pero la opción de no
reaccionar es posible, y podría resultar
menos doloroso, costoso y es en esencia el espacio donde yo soy responsable, de mi
respuesta ante lo que ocurre.
Y cual puede ser la respuesta valida, pues buscar puntos de coincidencia, de encuentro,
negociar, intentarlo es valido y sobretodo comprender que en relaciones humanas
no se trata de ser el ganador se trata de vivir en paz y armonía.
Cuando la otra parte irrespeta su palabra, preguntémonos a nosotros
mismos en que parte estoy fallando en
mis acuerdos, de forma que cada día ser impecables con nuestras palabras,
acuerdos y compromisos, sea un reflejo de quien soy y si lo soy y si de todas
formas me ocurre, recordemos que no somos infalibles y cualquier situación puede tocarnos vivirla,
mas allá de quien creamos que somos o hacemos, la diferencia la hace, de nuevo
mi respuesta y no mi reacción.
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